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Editorial del Presidente de ACIET sobre educación superior
- 21 octubre, 2022

El ministro de Educación, Alejandro Gaviria, se ha referido en diversos escenarios a la necesidad de “conectar” a la universidad colombiana (en referencia a todo el sistema de educación superior) con la sociedad y el sector productivo, pues considera que el país requiere sentir una mayor articulación, diálogo, interacción, aporte y retroalimentación con su educación superior. Difícil contradecir el propósito del señor ministro, no por su alto rango de servidor público y responsable de la política educativa del país, sino porque, claramente, tiene mucho peso lo que plantea, y quienes nos preciamos de académicos debemos aceptar humildemente un raciocinio absolutamente racional, preciso y desafiante.
Y es desafiante porque, incluso, partiendo de la premisa de que las IES colombianas estén conectadas con la sociedad (atienden casi 2.5 millones de jóvenes, con cientos de miles de egresados y en casi todos los municipios), es claro que mientras la Nación enfrente problemas como pobreza, intolerancia, desempleo y bajos niveles de productividad, entre otros, la educación superior tiene que seguir trabajando intensamente sus acciones pedagógicas con las comunidades, con obras de extensión y de compromiso social, así como elevar los parámetros de prácticas y alianzas con el sector productivo, como acciones primigenias (pero no suficientes) para conectarse con el país.
También es cierto, y constituye una premisa básica de los modelos de planeación y de orientación de las políticas públicas, que solamente un sistema debidamente estructurado tendrá impacto y consistencia en su proceso de articulación con la sociedad, si dicho sistema está debidamente consolidado; es decir, conectado entre todos sus componentes porque estos se identifican plenamente con propósitos colectivos y nacionales.
Y de ahí nace la explicación y respuesta a la pregunta de por qué considera el ministro que las universidades (así se refiere él en general a todas las diversas IES) no están conectando debida o suficientemente con el país: Nuestro llamado sistema de educación superior colombiano en la práctica no responde como sistema, sino que es un aglomerado de actores y de intereses que hablan en nombre de la educación, pero que no siempre actúan en consonancia, y por ello su impacto (conexión) no es el deseado.
Como rector y presidente de ACIET debo encabezar un mea culpa y reconocer que, desde una mirada sectorial, hemos navegado en nuestras propias limitaciones: Por defender nuestras posiciones hablamos con unos pocos y no con todos los rectores, y gestionamos de forma parcializada y subgrupal beneficios individuales, más que colectivos. Debemos decir las cosas como son: Debemos ser un verdadero sistema para alcanzar la deseada conexión.
Es a Usted, Dr. Gaviria, con su liderazgo ministerial, voluntad, conocimiento y capacidad de diálogo, a quien las IES y asociaciones nos acogemos para seguir orientaciones que nos permitan integrarnos. Ningún rector, ninguna asociación de IES, ningún colegio profesional y ni siquiera los colectivos de profesores o estudiantes tienen la capacidad de aglutinar y de dar línea a todos los actores para trabajar en torno de propósitos comunes. En lo que nos concierne a nosotros, IES y rectores, cuenta con nuestra disposición, así como con los recursos humanos, técnicos y de infraestructura que se necesiten para avanzar en este proceso de integración.
Por eso, señor ministro, para podernos conectar debidamente con el país, pero primero en lo interno como sistema, requerimos de acciones gubernamentales que reconozcan nuestros esfuerzos, el talento de nuestras instituciones, su diversidad y autonomía, así como el compromiso tanto de las IES públicas, por atender cobertura con calidad, como de las privadas por hacer la misma tarea, pero sin apoyo alguno del Estado. Las IES privadas atienden más de un millón cien mil estudiantes, de los cuales más del 90 % corresponden a los estratos 1, 2 y 3 (Spadies 2021-2).
Aquí estamos para decirle que cuente con nosotros; que aspiramos a “conectarnos” de la mejor manera con el Estado y su Ministerio de Educación; que queremos poder expresar nuestras necesidades y expectativas, pero también nuestras ilusiones y miedos; que tenemos que hallar acuerdos conceptuales en torno de la autonomía con responsabilidad, del rol del fomento y la inspección y vigilancia, así como de las reglas equitativas en cuanto a responsabilidades y beneficios para todos los diversos actores que intervienen en la educación superior y los otros niveles educativos; y que deseamos sentarnos en la misma mesa con quienes, también en el escenario académico, nos ven y vemos diferentes para descubrir que todos (públicos, privados, acreditados o en proceso de acreditación, de capital o provincia, presenciales o virtuales, cercanos o no al gobierno…) estamos en este sector por la pasión de servir al país a través de la educación.
Debemos convertir esta dificultad histórica en una oportunidad única para demostrar que somos un verdadero sistema; que juntos podemos llegar a más colombianos; que las alianzas y la solidaridad no es algo excepcional sino una carácter propio de nuestras IES; que el Ministerio no es un agente de intervención sino de coordinación; que las IES privadas no son un obstáculo para la universidad pública sino, por el contrario, un complemento ideal para la diversidad educativa, la cobertura y la calidad; y que gracias a nuestros muy diversos matices, la inclusión educativa con calidad y visión social, podrán edificar y conectar a la educación superior con lo que Colombia merece y espera.