Cada época trae consigo unos modos particulares de relacionarse y de manifestar las problemáticas que aquejan al ser humano en diversos aspectos de sus vidas; de manera privilegiada concierne la relación con los otros, especialmente con quien se establece un vínculo afectivo sobre la base de la intimidad.
La relación de pareja no escapa a las dolencias humanas; por el contrario, las estadísticas muestran que “entre enero y mayo del 2015 se registraron 7.721 divorcios en el país, lo que representa un aumento del 11,22 por ciento respecto al mismo periodo año anterior, en el que se presentaron 6.942 rupturas de pareja […]. Según los datos de las 898 notarias del país, las ciudades con mayor tasa de divorcio son Medellín, con 44,19 por ciento de aumento (685); Bogotá 12,13 por ciento (1.987), y Cali 2,54 por ciento (434)”. (El tiempo, 26 de junio de 2015)
Lo anterior, da cuenta de la necesidad de ofertar a las relaciones de pareja posibilidades para revisar sus procesos, incluyendo sus dificultades de la mano de profesionales, cuya experticia les permita indagar, reconocer, asumir y tomar elecciones como resultado de un proceso.