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La historia de la fundadora Ligia González Betancur
- 25 mayo, 2022

La Fundación Universitaria María Cano ha comenzado a documentar la historia de sus miembros fundadores y benefactores, quienes hicieron posible la creación de la Institución, que después de 35 años de trabajo, está presente en las ciudades de Medellín, Cali, Neiva, Popayán y el campus Mariacanovirtual. De esta forma se entrega a la comunidad, el libro titulado: «Ligia González Betancur: Un espíritu incansable» que destaca la vida y obra de quien fuera la primera rectora, entre los años 1987 y 1993; el texto exalta la niñez que tuvo en el municipio de Donmatías, en el norte del departamento de Antioquia, su espíritu de lucha para lograr acceder a la educación, su llegada a Medellín, el trabajo que realizó para adelantar sus estudios universitarios y sus aportes para la creación de la María Cano y la consolidación de la Universidad Cooperativa de Colombia.
En el texto de presentación, el rector Hugo Alberto Valencia Porras exalta:
Para describir a la mujer, al ser humano, al alma que hay detrás de la doctora Ligia González Betancur, es necesario citar a Ernest Hemingway cuando escribe que: “El hombre que ha empezado a vivir seriamente por dentro, empieza a vivir más sencillamente por fuera”; y esa es la fiel descripción de la hija del municipio de Donmatías, en el norte de Antioquia, quien salió de una familia humilde, vivió su infancia y juventud en medio de esas limitaciones y necesidades características de gran parte del pueblo colombiano, las mismas que han servido de abono para que las semillas crezcan, se fortalezcan y den frutos admirables: hombres y mujeres que han entregado su vida al servicio de la Nación y de las personas que les rodean, sin la búsqueda del reconocimiento público con la esperanza, eso sí, de servir y ver a los demás alcanzar una mejor calidad de vida.
Desde mi llegada a la Rectoría de la María Cano he sido un convencido de la importancia de velar por el nombre e imagen de María de los Ángeles Cano Márquez, para que nunca pase por la negligente bodega que es el olvido, después de una existencia dedicada a la lucha por el bienestar comunitario; pero, para ello, es preciso recordar a la persona que lideró la creación de la Institución que le rinde tributo, desde hace más de tres décadas, a la dama de sociedad, a la poeta, a la escritora, a la abanderada de la educación y del servicio. Este tributo a la María Cano lo rinde todos los días la doctora Ligia, nuestra fundadora, primera Rectora, presidenta del Consejo Superior y el alma de la Institución.
Imponente figura. Basta verla y escucharla para sentir y evidenciar que se está frente a una persona que tiene clara la importancia de la educación para superar la pobreza, vencer las necesidades, reconocer las oportunidades que brinda la vida y seguir un camino de rectitud y convicciones inquebrantables de superación ante la adversidad. Siempre la he mirado como la profesional, la dama que se apasiona por la educación y el servicio, la que está al tanto del acontecer, que escucha noticias, lee periódicos, devora libros y no se pierde la información diaria porque analiza los programas de opinión para estar al tanto de lo que sucede a su alrededor. Además, nunca olvidaré cuando tuve la oportunidad de hablar con ella sin las barreras que dan las oficinas y, de manera jocosa, comenzó a contar parte de su historia personal.
Pasaron las horas y no podía creer la información que llegaba a mi cabeza y a mi corazón; la niñez, en medio de las angustias vividas por la constante disputa entre liberales y conservadores; la lucha de un padre abnegado que se preocupaba por conseguir el sustento diario para su familia; los constantes recorridos por las calles de su población natal persistiendo por oportunidades de estudio y las frías mañanas en las que, desde muy temprano, en medio de un clima hostil, estaba lista para enfrentar al mundo. Ahí comprendí ese carácter de matrona, su preocupación por mostrar la mejor cara, a pesar de las adversidades y su reloj biológico inapagable que la lleva a trabajar y trabajar sin mirar el tiempo o pensar en el cansancio y con el ritmo necesario para que las 24 horas del día parezcan el doble.
Escuchar hablar a la doctora Ligia es sinónimo de aprender, de recapacitar sobre el papel que tenemos en este mundo, al que venimos momentáneamente a “servir a los demás”. Tiene una marcada preocupación por el bienestar de quienes la rodean, por garantizar oportunidades y educación a los que no cuentan con subsidios o certificaciones bancarias que los respalden. No podía ser otra la mujer que ocupó por primera vez la Rectoría de la Fundación Universitaria María Cano y que sigue, año tras año, recorriendo los pasillos de la Institución para hablar de calidad, de cobertura educativa, de planeación, de autoevaluación y de ponernos retos que permitan a la María Cano estar a la altura de las verdaderas necesidades de nuestra comunidad universitaria.
El agradecimiento es no olvidar de dónde salimos, el camino que hemos recorrido y las metas que nos hemos trazado; saber que debemos retribuir a la vida la generosidad con la que nos ha tratado… Ella no olvida su historia, lo que ha pasado durante su vida, las rutas que recorrió a caballo por diferentes zonas rurales, para llegar a veredas apartadas y ser profesora de menores que vivían en condiciones complejas. Pudo quedarse en Donmatías, buscar un trabajo como profesora y tener una madurez relativamente tranquila, pero se enfrentó al mundo, demostró sus conocimientos y su enorme visión de lo que podría ser la transformación de la educación superior.
Hoy, literalmente, da “sopa y seco” cuando alude a la academia y, además, brilla con luz propia como ser humano porque tiene un alma que no la deja existir simplemente; ella quiere, mientras Dios se lo permita, gozarse su historia y ponerla a disposición de los demás y lo representa a diario en su papel como madre, amiga, hermana, tía, abuela, jefe, compañera, ciudadana y educadora.
Pasen, lean, sonrían, disfruten y conozcan el lado humano de una mujer que es digna de admiración.
Para ver las imágenes de la presentación del libro, presiona aquí
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